lunes, 1 de agosto de 2011

Agosto

Las lluvias que te dedico
nunca se compararán con los que vienen con tinto incluído
aún cuando sean antes de que asome el sol.
Nada se compara a esas mañanas turbias de un agosto
tan gris y tan soleado,
recordando discursos de Septiembre a Mayo,
la soledad en diciembre
y la alegría de Abril.

Los complicados Domingos,
Lunes desapercibidos
por ese efecto de fuerzas opuestas,
esa sabiduría popular de que el que reza y peca
empata
causados por risas de calles cotidianas
y hogares que siento foráneos.
Al final de todo, todo se transforma, todo sigue igual.
Con la lluvia del amanecer el crepúsculo se va;
y si tuviera problemas oculares,
este sería uno de esos días en que en vez de lentes usaría anteojos
y me sentaría en sofá
a ver el tiempo pasar