miércoles, 29 de febrero de 2012

Correspondencia

Es que siempre fue una cosa muy extraña...

La correspondencia siempre lo enamoró más, como si las conversaciones fueran demasiado vacías, o demasiado cotidianas, de pensar muy rápido lo que se va a decir, de malas interpretaciones, malversaciones y ridículos...
En cambio la correspondencia es más calmada, siempre la disfrutó más porque la podía leer y releer antes de responderla, porque nunca le fue tan cotidiano,

y porque además permitía seguirla extrañando, y lo haría hasta el día que ella llegara a su casa sin avisar, un lunes cualquiera.

domingo, 26 de febrero de 2012

Indiana Jones

Se rumora por ahí
que la noche es la mejor consejera,
sin bruma
llovizna
o calor.
Que la noche es etílica,
purista,
amarillista
y pendenciera,
sin esperanzas
y sin Amor.

Se rumora por ahí
que la noche es una gitana
que baila flamenco para decir
que tiene una rutina distinta,
y es también
una pitonisa de voz ronca
que lee las cartas, el tabaco y las runas,
a la que le gusta predecir las hambrunas,
el frío
y la sed.

Los domingos por la mañana son
para digerir
ese aturdimiento
que ahoga a los de a pie
los sábados en la noche,
para creer,
dudar,
querer
y querer refutar
lo que la cabeza tiene por dentro
y que
por sí sola
no se puede sacar.

Yo entre otras cosas no pido mucho,
y lo que pido
sí me lo puedes dar.
No necesito más que una lucecita,
una frase
un gesto,
algo
que me haga sentir
que no te has ido,
vivo
aire,
limón en los ojos
sal en las venas
alas en la espalda
rocío en la cara
hormigas en la garganta
y un corazón
con más presión que Indiana Jones.

miércoles, 22 de febrero de 2012

El Atravesado

La rabia me fermenta la sangre
como el catalizador más efectivo.
Mi corazón no late
y mis ojos
encharcados,
inyectados,
no ven más allá
de lo que mis manos le ayudan a ver.


Yo ya me estrangulé
para que vivas sin cadenas
y para que yo por mi lado
pueda volver a mojar nidos de pajaritos.

¡Me proclamo el atravesado!
Y hoy la ley es mi ley.

martes, 21 de febrero de 2012

Ermitaño.

La conclusión la saqué
después de un break cualquiera
que prendí con fósforos en vez de candela
para romper con la costumbre.

La conclusión surgió
cuando me di cuenta
que los vasos con agua conversan
versan,
y se adversan
en una de esas dialécticas
inevitables
de las que huyo
cuando hablo de uno
ignorando las partes.

Yo tengo miedo de pensarme sin vos.

Y esa conclusión salió de la nada,
de una de esas situaciones que se viven
por algún azar endemoniado,
algún aleatorio maligno,
o el destino calculado en códigos binarios
que quién sabe quién
o dónde
nos estén inventando.

Mi conclusión de hoy es sencilla,
y se la digo con todo el miedo de equivocarme
porque sé que mañana
será la razón por la cual
termine en el patíbulo.
Sin embargo, es más lo que tengo por decir
que por callar,
y disculpe mi impertinencia,
pero yo no me guardo lo que siento.

Hoy concluí
que soy un ermitaño,
de cobijas con titulares absurdos
y almohadas de lata.
Hoy concluí que soy un ermitaño
que está en casa
donde sea que vos estés.

Yo nunca me he ido,
yo siempre he caminado contigo.