miércoles, 10 de octubre de 2012

Calvario

Tú con lo tuyo
y yo con lo mío,
el mundo se nos cae despacito.
se va carcomiendo
cada silencio
que tú callaste,
y que a mi me callaron.
Tú con tu cruz
y yo con la mía
nos encontramos
en esta balacera
de sabernos solos a pesar del ruido
y sabernos juntos
después del diluvio.

Tú tan frente mío y yo tan frente a ti,
en medio de este calvario que nunca merecimos,
conversando sin ningún sonido,
y contándonos
que aún sabiéndonos muertos
tu sonrisa me salva
y que una palabra mía
bastaría para salvarte.

Tú tan Dimas, yo tan Jesús
haciéndonos los desentendidos,
sabiéndonos tan parecidos,
y sintiéndonos tan conocidos;
busco en mi trinchera una certeza,
y me asalta la duda de saber
en medio de aquel silencio
quién fue el crucificado
que se arriesgó a romper el hielo