miércoles, 29 de febrero de 2012

Correspondencia

Es que siempre fue una cosa muy extraña...

La correspondencia siempre lo enamoró más, como si las conversaciones fueran demasiado vacías, o demasiado cotidianas, de pensar muy rápido lo que se va a decir, de malas interpretaciones, malversaciones y ridículos...
En cambio la correspondencia es más calmada, siempre la disfrutó más porque la podía leer y releer antes de responderla, porque nunca le fue tan cotidiano,

y porque además permitía seguirla extrañando, y lo haría hasta el día que ella llegara a su casa sin avisar, un lunes cualquiera.

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