jueves, 12 de abril de 2012

Sueños

Vamos a vivir en algún suburbio,
de esos de jardines grandes
y casas con puertas traseras,
con parqueadero doble,
con una lavavajillas de la General Electric,
con un labrador dorado,
una biblioteca llena de libros hasta el techo,
una chimenea para el invierno,
una casa en el árbol para el otoño, una piscina para el verano
y un par de paraguas para abril.

Mi sueño y mi apuesta es
que tus pinceles y mis lapiceros
estén en el mismo cajón,
que los domingos en la tarde
sean para dar una vuelta por el parque,
tomarnos un café
y pintar de amarillo el pavimento gris.
Mi sueño es una sola habitación
con más pinturas que baldosas,
con más poemas que recibos,
más óleos que relojes,
con más flores que espejos,
y con más fotografías nuestras
que titulares con cifras de muertos
o los odiosamente llamados dados de baja.

Mi sueño es que seamos apátridas,
un par de ermitaños,
gitanos,
con tulas de ropa en el hombro
y tres centavos en el bolsillo izquierdo,
que vendamos artesanías,
nos emborrachemos con extranjeros,
y bailemos en las esquinas,
de esas con faros grandes,
Dancing In The Rain.
Mi sueño es que durmamos
en los baños de un subway cualquiera,
que tengamos que dormir lo más junto posible,
meternos el uno en el otro
para que el frío no nos mate,
para sentirnos los más bendecidos
y para que el Amor
se asome desde el Olimpo
y diga con certeza
que nosotros somos sus hijos.

Sin embargo
no me importaría
no tener un lavavajillas de la General Electric
mientras tus pinceles y mis lapiceros
estén en el mismo cajón,
mientras haya más poemas que recibos
y mientras pintemos los domingos de amarillo
el pavimento de la calle de enfrente.
no me importa el tamaño de la casa
mientras tú y yo durmamos en la misma habitación,
ni me importa el tamaño de la cama
mientras que durmamos lo más junto posible
mientras seamos uno
y seamos hijos del Amor.

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