Matémoslo hoy… si… igual está moribundo.
Que pereza ser tan clichesudo, hay que matarlo, hay que matarme y matarte, Laura.
Ésta vez sí es de verdad, no voy más, terminó.
Hoy es el final del memorial de decadencia de Pablo, y el final de Pablo mismo.
Sin descartar nada ni nadie, un último solecito, un último cigarrillo, un último tintico…
Buena suerte a todos, chau, adiós (...)
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