Mis días turbios, mis miradas marchitas
Ya se habían ido,
Mientras nuevos soles nacían,
Nuevas lunas se escondían,
El oleaje daba respiros, los vientos no soplaban
Y el mar,
Calma.
Esa fragmentada risa distraída
La que presuntamente se me insinuaba
Traída por una dulce brisa que apenas y entumecía mi cara,
No es ningún problema
Pero hace que la marea arrase con el malecón
Las calles,
Los parques, y las risas de los niños los festivos en la tarde.
Sos como ese encanto europeo
Que conoce, ama y no olvida.
sos como esa bibliotecaria que coquetea todo el día
Sos
Como esa nube que pasa, camina y no para
Ese adiós que nunca terminó
Ese acorde que tiene diez nombres
Esa máscara que lleva tu toque
O quizá
Ese oasis en el desierto
Esa pesca milagrosa de peces ya muertos
O ese dios que nunca nadie conoció.
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