viernes, 13 de enero de 2012

Volar

Que por lo menos esté la lluvia
acariciándome la cabeza,
y la luna partida
como el ojo de dios;
la lata de cerveza
que me acaricie la mano,
que la menta me de
frescura,
dulzura
y paz.
Qué cuidad tan ebria,
tan sola,
tan sin nada,
tan de risas fingidas
y sonrisa sin par.
Hoy me conformo
con pintarte con sombras,
escucharte entre las sirenas,
hablarte de mis sueños
y verte, imaginarte, cantar.
Hoy extiendo mis brazos,
abro mis alas,
salto en el charco
y me echo a volar

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