domingo, 29 de enero de 2012

Preso

Soy preso de mis palabras,
acciones
y omisiones.
Preso de lo que digo,
lo que suspiro,
lo que grito
y lo que callo.
Condenado por escupir para arriba,
por hablar de más
y tratar de responder a la cuestión
de qué hay después del mar,
montado en una montaña.
Soy preso de puertas cerradas,
ventanas bloqueadas
y paredes mudas;
preso de un blanco insoportable
y de un silencio inquebrantable,
yo soy preso de mi voluntad.
Al menos pues, en esta cárcel los pájaros cantan,
entonan el himno nacional,
internacional,
transnacional,
multinacional,
supranacional,
y transuniversal
de la libertad
de la que son esclavos
cuando van volando por ahí
sin tener dios en quién pensar.

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