lunes, 24 de agosto de 2009

Bicicleta

“Soy Pablo y me cansé de vivir, la vida está perdiendo ese color
rojizo de mi bicicleta de infancia que se está empolvando en una habitación
húmeda llena de cosas perdidas, condenadas al olvido del mundo lento y
silencioso. Recuerdo que mis únicos días felices fueron montados en esa
bicicleta andando por donde el pavimento estuviera, el cielo era el
límite.Extraños esos días misóginos donde la única preocupación eran las
calificaciones del colegio, y obviamente mantener limpia aquella bicicleta,
extraño aquellos días soleados donde la tarde perfecta dependía solo de un
balón, a bicicleta y el permiso para llegar a las 6. Yo era un buen niño.Mi
perdición son las mujeres, ellas fueron las que me volvieron así; mi sed de
cariño femenino me hizo así. Rechazos infantiles aún perduran a pesar de los
años, soy aquel rechazo andante, soy aquel ser no correspondido que siente que
la vida le debe algo, le debe amor.Me gustaría decir que ya estoy acostumbrado,
pero uno nunca se acostumbra; aunque si se espera cada tanto que me da la
estupidez de intentar salir del vórtice de soledad en que quien sabe por
qué me metí.

¿Por qué fui tan tonto de cambiar chocolatinas por
cigarros y el balón por las mujeres?Antes los días eran tan únicos, tan
simples…tan llenos de risas, de chicles, de rodillas raspadas, de amarillos, de
presentes, de gente bonita.¿Por qué cambié todo eso solo por un par de piernas
blancas bajo una falda veraniega?Ahora mis historias son la misma cosa, el pasar
afectivo es el mismo, es el mismo rechazo pero con nombres distintos, mis días
son una réplica exacta uno en otro con diferencia de los ejercicios de geometría
analítica y balanceo de ecuaciones químicas de mierda.Hoy estoy agotado de la
rutina, hoy estoy agotado de tanta vida igual, hoy solo quiero volver a montar
en mi bicicleta y percibir ese olor a crayón impregnado en el papel, hoy me
cansé de vivir”.

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