viernes, 9 de julio de 2010

Rimando la Madrugada del Viernes.

En mi mesa de noche no hay más que un portarretratos vacío esperando a que alguien lo llene, una brújula que solo indica al sur, un poema mediocre que escribí anoche y una lamparita que en éste momento me da luz.

En mi cabeza no hay más que fotografías de paisajes sin color, sueños tímidos y ruidosos para variar mis noches de finales estrepitosos; alegrías perdidas por los suburbios de la desesperación y recuerdos que se escaparon de la cárcel del olvido para recordarme qué es el amor.

Ahora que todas mis canciones se resumen en do re mi fa sol, en bla bla bla bla bla con dolor, ahora que soy mi verdugo y el papel es la tarima sobre la cual mi cabeza rodará, ahora que me siento como pescador sin su balsa y como punkero en una iglesia cristiana.

Y éste niño crecido que primero fumó habano y luego cigarrillo se inventa mil y una historias para entretenerse a sí mismo, extraña esas noches de sueño corrido, quiere salir de una vez de ese laberinto de espejos en el que nadie sabe como se ha metido.

Su única salida es esa, inventarse escritos que riman para drenar su mente y actuar sin ella, saludar desconocidos en la calle para que le cuenten historias de la Medellín de los ochentas, gritar, escuchar, odiar, recapacitar, amar.

Ahora lo único que quiero es que todos mis poemas sigan inundados de vos, nena unknown, de descripciones detalladas sobre tus sonrisas y tu forma de decir adiós; que en mis canciones tu trompeta tenga un solo y que invites a tu amiga la pianista para que nos siga con la melodía mientras cantamos cualquier estribillo rebuscado con letras optimistas.

1 comentario:

  1. :O
    poema tras poema solo quedan ganas de seguir leyendo y admirando tan linda literatura que escribís!
    te admiro juan pablo ♥
    te quiero!!

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