viernes, 25 de junio de 2010

Bitácora de Exilio. Junio 25

"Hoy fue un día tan extraño que aún me es complicado digerirlo del todo sin que me cause agrieras.
hasta bien entrada la tarde todo estuvo tan monótono que me pareció algo así como un deja vú muy largo.

Salí a caminar con el perro de nosequién para llevarlo a una veterinaria porque él era un perro enfermo de vanidad y delicadeza alcahueteada.
Llegué, entregué al animal y me senté en la recepción para esperar a que lo pusieran como un peluche de esos de la tienda de los sueños.
Aturdido por el calor que hacía, salí a la calle en un intento fallido de refrescarme un poco... entonces de la nada apareció una veterinaria, me ofreció agua y se sentó a hablar conmigo. Me dijo que se llamaba Ana María pero que le gustaba que le dijeran Anita; y era de esas que encajan perfecto en mi prototipo de mujer perfecta, con el agregado de tener pequitas regadas en todo su cuerpo, además que dejaba un hilo de paz por donde caminaba, de esos que hacen florecer las plantas marchitas.
Quién lo diría, amor a primera vista.
Lástima que esté casada y que me lleve trece años.

Luego, después de salir y ya el doble de aturdido por el amor típico adolescente, llego a casa y llaman a la puerta, es un policía que me dice que papá me está esperando en un carro que estaba allí al otro lado de la avenida escoltado...
Me monté medio asustado y sin percatarme de quién estaba al lado mío. Cuando volteé me di cuenta de qué significa ser un snob: estama al lado del Gobernador.

Después de una comida llena de vinos extravagantes y música de Strauss, salí con mi viejo a comprar unas pastillas para la migraña causada por el calor del día o por el calor de anita.
Me sentía la persona más miserable del planeta entero.
Nos topamos con el Hospital Chicamocha (Vaya nombre), y mientras papá compraba las pastillas, vi una escena que me sacó lágrimas. Un tipo salió del hospital acompañado por su pareja gritando... su alma moría y eso notaba a leguas.
Se sentó en la calle y vomitó dolor puro con un par de arroces.
¿Cuanto dolerá perder para siempre a alguún ser querido?
Ah, hoy no importa mucho, he caído demasiado bajo para pensar en eso: soy un snob y me tragué de una imposible. Gracias a Dios en menos de una semana se me pasan esas cosas tan someras".

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